Algunos errores nunca deberían haber ocurrido, no cuando se tiene todo en la vida. Y, sin embargo, ocurren. Al apagarse las luces, se atizan los rescoldos de la oscuridad en la durmiente localidad de Dormont. Por el pueblo se extienden susurros de desapariciones a medida que un miedo irracional, incómodo y creciente comienza a propagarse y la oscuridad se convierte en un desagradable reflejo de los que quedan. Edward tenía una buena vida, una mujer guapa y la hija perfecta, sin embargo, se ha.
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